La comprensión profunda de las características del espectro autista y de cómo éstas, en sus diferentes formas de manifestación, afectan a cada persona, nos ha permitido saber que su calidad de vida depende en gran medida de los apoyos que reciben a lo largo de todo su desarrollo.
Ese apoyo debe fundamentarse en el profundo conocimiento del desarrollo normotípico y en la puesta en práctica de todas aquellas estrategias que han demostrado ser eficaces para potenciar aprendizajes funcionales y adaptativos. La individualización del proceso de enseñanza así como la rigurosidad en la implementación de planes de apoyo en todas las áreas del desarrollo y en todos los contextos donde se desenvuelve el niño o adolescente, constituyen la base fundamental para un apoyo de calidad.